La compositora Sungji Hong es una mujer de luz. Todo en ella está revestido de un resplandor que la acompaña en su obra. Lux Mundi no es una excepción. Es música limpia, que resulta de un equilibrio muy trabajado, con un lenguaje claro, con una escritura transparente.

El aspecto azaroso de la luz que colorea caprichosamente las cosas del mundo de un modo imprevisible está expresado en esta música de Hong de una manera asombrosa. Lo logra a través de elementos aparentemente aleatorios. Incisos rítmicos muy distintos y contrastados. Acordes que, aun perteneciendo a la atmósfera que se desarrolla, no pueden ser pronosticados. Ambientes austeros de quintas justas con cuerdas al aire que alcanzan el clímax bañados por trémolos y arpegios en todos los instrumentos. Una forma configurada con una distribución de frases musicales que se asemeja a las de las estrellas en el cielo: a primera vista de corte indisciplinado y anárquico, pero después fundidas en constelaciones familiares aprendidas y reconocidas en nuestra contemplación.

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Lee la reseña completa en el Vol. 1 “Luz” de Transfiguración.